El granizo se queda siempre entre lo molesto de la lluvia y que no llega a ser tan idílico como la nieve.
Verlo caer por la ventana mientras tomas un café es agradable.
Ayer me tocó en el coche y tuve que darme la vuelta porque resbalaba y se negó a subir una cuesta. Con calma, de vuelta a casa y a por otro café :)
Edito, que ésta se me quedó en el tintero y quedó muy guapa: